Aparece exclusivamente en la lámina XXI como la signatura zodiacal de
Taurus, aunque el simbolismo de este animal se encuentra muy difundido
también bajo la forma sagrada de vaca, buey o bisonte. Corresponde al
elemento tierra.
El toro simboliza potencia y fogosidad. Es el macho impetuoso y el
terrible minotauro que vigila el laberinto.
En Grecia eran los animales de Poseidón, el dios de los mares.
También se asociaba el toro a Dionisios, dios de la fertilidad fecunda.
El toro fertiliza la tierra, su semen y su sangre la fecundan. El es
símbolo soporte de la creación. Es un animal primordial. Simboliza
también la regeneración.
Posee un aspecto lunar interesante. En Egipto la divinidad de
la luna era el toro de las estrellas. El toro con su pelaje oscuro
representa la noche. Sus cuernos simbolizan la media luna. Desde el
punto de vista astrologico la luna esta exaltada en el signo de Tauro
representado por el toro.
En la antiguedad el sacrificio del toro era una práctica común
siendo la antesala de las corridas de toros que aún tienen lugar en
nuestros días. Desde el punto de vista junguiano los animales
representan fuerzas instintivas que existen en nosotros y que tenemos
que aprender a integrar.
El matador de toros realiza una danza con el animal y
finalmente lo vence, le da muerte. Ejerce un dominio externo sobre la
bestia que simboliza la sublimación de lo instintivo, la luz de la
conciencia triunfando sobre la oscuridad del inconsciente. La corrida de
toros representa esa lucha, sensual, terrible, peligrosa, esa danza
ritual en la que la muerte es la principal invitada.
En el tarot encontramos al toro en la última carta de los
arcanos mayores, El Mundo. Representa aquí la función "perceptiva", la
capacidad para apreciar el mundo con los sentidos, de conectarnos con lo
material y poder modificar la realidad mediante acciones concretas. Tambien lo encontramos en el Rey de Oros y en la Rueda de la Fortuna.
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