Una parte muy esencial de la lectura, es leer el lenguaje corporal de
la persona de la carta del tarot. En el Tarot clásico por lo general
sólo los Arcanos Mayores y las cartas de la corte muestran personas.
El cuerpo en su conjunto expresa el tipo de acción y cómo se
ejercerá; si el personaje está de pie, nos indicará la posibilidad de
una acción que se ejerce enérgicamente, y puede expresarse como energía,
mando o actividad; si el personaje está sentado, indica pasividad,
inercia, resistencia o meditación.
La orientación también es importante, aun cuando debemos ser
muy cuidadosos y sólo tenerla en cuenta cuando sus indicaciones
confirman o completan otros datos, pues suelen existir dos versiones de
la mayoría de los Tarots, una orientada a la derecha y otra a la
izquierda, si bienl a norma es atenerse al clásico Tarot de Marsella. Cuando la figura está de frente indica acción directa; girada
hacia la derecha del espectador, transición, renovación o acciones
sucesivas; girada hacia la izquierda, meditación o reflexión. Si el
cuerpo está orientado en una dirección y algún miembro (en especial la
cabeza) en otro, se analizará cada parte por separado.
- La cabeza: Expresa mentalidad y voluntad, que se manifestarán en forma muy diversa según esté cubierta o descubierta, indicando aquello que la cubre el objetivo de dicha voluntad o mando, o las fuerzas que actúan sobre la misma mediatizándola. Cuando está descubierta los objetivos suelen ser menos materiales o hallarse menos mediatizados, expresando los cabellos la irradiación de la mente y la voluntad, cuya fuerza y calidad dependerá de su aspecto y color. Así, despeinados indican gran fuerza de voluntad y poderosa irradiación, mientras que recogidos expresan una voluntad controlada. Y lo mismo expresa la barba, pero de una forma más particularizada.
- El cuerpo: Representa lo anímico, el conjunto de la personalidad, siendo
el pecho la parte espiritual y el vientre la material e instintiva, y
cuando existe un cinto, refleja un dominio sobre estas últimas
tendencias. El cuerpo en sí mismo, con sus necesidades, sus ambiciones, sus
ganas de vivir y tomar posición terrenal y material de su poder
- El cuello: Es el lazo de unión entre la personalidad y la mentalidad, y la proporción descubierta del mismo indicará el grado de independencia de la persona, pues de estar totalmente cubierto, el objeto o la prenda en cuestión y su color nos indicarán las diferencias o relaciones existentes entre ambas partes que suponen un freno a dicha independencia.
- Los brazos: Y más especialmente las manos, son los encargados de llevar a cabo los mandatos de la mente y la personalidad, siendo el derecho quien transmite las decisiones, esperanzas y acciones de cuanto tenga su origen en el psiquismo de la persona. El brazo elevado debe interpretarse como una relación con lo alto, o una captación de fuerzas en el mismo sentido, mientras que el brazo dirigido hacia el suelo tanto puede indicar algún impedimento para la acción como el que la misma ya ha tenido efecto, y de existir algún contacto con el suelo, directo o indirecto, puede denotar la existencia de una captación de energía terrestre. Apoyados sobre la cintura indican la relación entre lo físico, lo mental y lo anímico.
- Las piernas: Indican el apoyo necesario para la acción, y su posición indicará si se lleva a efecto o no; así, ambas apoyadas en el suelo indican un sólido apoyo para la acción, mientras que si algún pie está alzado, ésta ya se ha iniciado o al menos se ha decidido iniciarla; de estar cruzadas es que nos hallamos en una situación de espera.
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